Aprovechando el buen tiempo visitamos parte de la " Costa da Morte " llamada así por la cantidad de naufragios que hubo por estos lugares llenos de acantilados y rompientes. La visita vale la pena, no solo por las vistas sinó también por la tranquilidad de la zona.
Primero nos dirigimos a cabo Vilán, pertenece al municipio de Camariñas, para llegar al faro debemos cruzar el centro de Camariñas, está bastante bien indicado por lo que no tiene pérdida.
Hasta hace unos años podía subirse hasta los pies del faro, hoy en día está cerrado el acceso al público, dentro del edificio del faro hay una cafetería y un pequeño museo en el que se muestran los faros de toda Galicia y el funcionamiento de estos.
La zona está llena de acantilados, y las vistas son preciosas, por un lado se puede ver el municipio de Muxía, el faro Touriñán y a lo lejos el de Fisterra.
A los pies del faro hay una piscifactoría de rodaballo y un parque eólico.
Por el otro lado podemos ver al fondo parte de la playa de Trece y en su ensenada se encuentra el Cementerio de los Ingleses, llamado así por estar enterrados los ingleses muertos en el hundimiento del buque HMS Serpent en 1890, para llegar a él justo a la bajada del faro hay una pista de barro a la izquierda que pasa por el parque eólico y bordeando la costa, la distancia es de 6,5 Km, la pista está bastante bien, eso sí, polvo a montones.
Desde aquí nos dirigimos a Camelle, para salir del Cementerio de los ingleses no volvemos por el mismo sitio, seguimos la pista y saldremos en las afueras de Camariñas, nos dirigimos a Ponte do Porto dirección A Coruña y cogemos el cruce a Camelle, allí visitamos el lugar donde Man, un alemán, llegó hace ya muchos años y se instaló en una pequeña caseta del puerto, allí se dedicó a realizar esculturas con las rocas del lugar, se dice que el pobre murió de pena despues de la tragedia del Prestige que llenó toda su obra de chapapote, ahora mismo el sitio da un poco de pena, a pesar de dejar un montón de dinero al pueblo para poder conservar su obra, el lugar está practicamente destrozado, pocas obras quedan en pie, hace unos quince años de la última visita a este lugar y desde luego el cambio es brutal, aquel día cuando llegamos, Man nos recibió vestido solo con un taparrabos, nos entregó una libreta a cada uno y un lápiz para que dibujáramos lo que más nos gustaba del lugar, vivía en una caseta sin nada, yo no sé como no se moría de frío en el lugar, ahora mismo la caseta está destrozada y tapada con plásticos, no entiendo como no intentan conservar el lugar, porque sinceramente es lo único que llama la atención en Camelle.
Las vistas desde el puerto de Camelle:
Y después de una tarde de buen tiempo ya eran las ocho y media y tocaba volver a casa que aún nos quedaban unos cuantos Km por delante.
